Trabajando el presente, pensando en el futuro
Abonos orgánicos enriquecen suelos de CLAP productivos en Mérida
El uso excesivo de químicos aplicados a la producción alimentaria ha traído consecuencias perjudiciales para el ambiente, entre los que destacan el cambio climático y efecto invernadero, así como, la degeneración genética humana, es por ello, que desde la ciudad encumbrada más alta de Venezuela, nace como un aliado de la agricultura sostenible del poder popular organizado a través de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción CLAP, la fabricación y uso de abonos orgánicos para recuperar y proteger suelos, que anteriormente fueron malogrados con la incorporación de sustancias químicas.
Impulsando la “P de Producción” con el apoyo del presidente Nicolás Maduro mediante el Ministerio del Poder Popular para Alimentación (Minppal), el Ministerio de Poder Popular para la Agricultura Urbana (Minppau) Y la gobernación de Mérida de la mano con el gobernador Jehyson Guzmán, en asesoría y educación productiva orgánica el productor agrícola Reinaldo Hernández, comentó que, su experiencia con la implementación de fertilizantes orgánicos mediantes el humus de lombriz y guano de cabra, ha sido de primera mano muy positivo, son ricos en nitrógeno, fósforo y potasio, que se hacen notar a la hora de cosechar los distintos rubros.
Dado la nueva aplicación de estos productos, al principio generó un choque, pero también fue el inicio de una ventana posible para romper con el esquema tradicional que se traía por muchos años, “No fue fácil escuchar y emplear estas recomendaciones a hasta que con mis propios ojos vi resultados positivos rodeando la captación y receptividad del resto de beneficiarios amigos productores”, resaltó, Hernández.
Estos nutrientes orgánicos, forman parte de la materia prima propia de la producción local y de la naturaleza. El primero de ellos es el humus, proyecto que inició con la adecuación de un espacio exclusivo, albergaron lombrices californianas y típicas de la zona y lo más importante alimentarlas con agentes como bosta de vaca y conchas de vegetales ya en estado de descomposición, para un resultado más efectivo y a partir de entre 14 a 15 días protegidas y con buena humedad, empezaron a destilar por una tubería el humus líquido.
Otra opción es el abono sólido procesado por las lombrices junto con el “Caprinazo” o mejor conocido como guano, que son agregados al suelo con el arado, también arrojados en el proceso de desarrollo de la cosecha sembrando entre a 100 gramos dependiendo del rubro por planta, o en bandejas para la siembra y trasplantarlas.
Por su parte la especialista Martha Baclell, detalló que, la producción orgánica amerita dedicación y compromiso, ya que ante las condiciones climáticas, el planeta lo está exigiendo, ha llegado el momento por el bienestar propio de consumo en alimentos sanos. /Prensa Gobernación de Mérida / Gilson Rojas /CNP 22.238